La comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria de la UE, Stella Kyriakides, afirmó en su respuesta a una pregunta escrita europarlamentaria que el objetivo global de reducción del uso y del riesgo de los plaguicidas químicos en un 50 % establecido en la Estrategia «De la Granja a la Mesa» abarca todos los plaguicidas químicos, ya sean sintéticos o naturales, pero no los que contienen sustancias activas biológicas (es decir, microorganismos).

Según Kyriakides, la expansión de la agricultura ecológica es otro elemento clave de su objetivo de avanzar hacia un sistema alimentario sostenible. El Reglamento (CE) 1107/20091 garantiza que en la UE solo se aprueben plaguicidas seguros: los peligros y riesgos de una sustancia activa, sintética o natural, o de un microorganismo deben evaluarse exhaustivamente antes de su aprobación para su uso en productos fitosanitarios.

En el argumentario sobre la cuestión, la eurodiputada española, Mazaly Aguilar (ECR) señalaba que la Estrategia “De la granja a la mesa” tiene como principales objetivos la reducción del uso de plaguicidas en un 50 % y que el 25 % de la superficie agrícola se dedique a la agricultura ecológica. En este sentido, la Comisión parece apostar por la agricultura ecológica como único modelo para alcanzar la sostenibilidad y apunta a que los programas de promoción consagren el 30 % de su presupuesto a dicho modelo productivo.

Al respeto, la eurodiputada preguntó  a la Comisión Europea si consideraba que los plaguicidas químicos son más perjudiciales para el medio ambiente que el uso de plaguicidas naturales en la agricultura ecológica y, por otra parte, si había previsto elaborar un estudio de impacto sobre el potencial aumento del uso del cobre en la agricultura ecológica y sus efectos en el medio ambiente si aumenta la tierra dedicada a cultivos ecológicos.

Para la CE, la aprobación es un requisito previo para la inclusión de una sustancia activa en el anexo II del Reglamento (CE) n.º 889/20082 , que solo permite una lista restringida de plaguicidas en la agricultura ecológica, lo que contribuye a mejorar el comportamiento medioambiental de la producción ecológica.

Sin embargo, algunas restricciones necesarias (Reglamento de Ejecución (UE) 2018/1981 de la Comisión, de 13 de diciembre de 2018, por el que se renueva la aprobación de los compuestos de cobre como sustancias activas candidatas a la sustitución (DO L 317 de 14.12.2018, p. 16),  decididas recientemente para los compuestos de cobre suponen un particular reto en la agricultura ecológica.

Por consiguiente, la Comisión está financiando proyectos de investigación de la UE ( destinados a encontrar alternativas sostenibles.

Asimismo, la Comisión observará la tendencia de los riesgos y el uso de plaguicidas sobre la base de los indicadores de riesgo armonizados, desarrollados en el marco de la Directiva sobre el uso sostenible de los plaguicidas (Directiva 2009/128/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 21 de octubre de 2009, por la que se establece el marco de la actuación comunitaria para conseguir un uso sostenible de los plaguicidas (DO L 309 de 24.11.2009, p. 71).

Kyriakides indicó que la UE debe desarrollar formas innovadoras de proteger los cultivos contra plagas y enfermedades, y considerar el papel potencial de las técnicas innovadoras para mejorar la sostenibilidad de los sistemas alimentarios.

La eurodiputada Mazaly Aguilar también preguntó a la comisaria que, teniendo en cuenta el uso de los recursos naturales y la productividad de la agricultura, si considerara la Comisión que la biotecnología verde puede contribuir a los objetivos del Pacto Verde de una manera más eficaz que la agricultura ecológica o la convencional

En su respuesta, Kyriakides señaló que la Comisión considera que una serie de prácticas y tecnologías, como las prácticas agroecológicas (incluida la agricultura ecológica), (pero también) las soluciones basadas en la Naturaleza y la biotecnología, pueden contribuir a los objetivos del Pacto Verde.

Posiblemente, quizás, en una alusión más o menos indirecta al reconocimiento propio de la edición genómica o genética (Crispr) de los cultivos por parte de la UE.