Desde 2014 los ganaderos de ovino de Castilla y León, que realizan entregas de leche, se han reducido un 27,2%, ahora sólo quedan 1.891 repartidos en las nueve provincias. Esta pérdida de ganaderos es paulatina y en los últimos cinco años la media de reducción anual de ganaderos supera el 5%.

Según datos facilitados por el Ministerio de Agricultura, el precio de la leche de ovino percibido por el ganadero ha continúado entre los meses de enero a abril de 2021 con la tendencia alcista inciada en 2020. Sin embargo, desde Asaja Palencia recuerdan que la importante bajada que experimentaron estos precios entre 2016 y 2019 ha puesto al borde de la quiebra a muchas explotaciones.

«Los precios de la leche de oveja confirman las dificultades para subsistir de un sector que, en los últimos años, ve como desaparecen explotaciones al no existir relevo generacional. La dedicación necesaria para llevar una explotación los 365 días del año, las dificultades para acceder a trabajadores cualificados, el aumento de los costes de producción y la nula capacidad del ganadero para repercutirlos en sus ventas, hacen que cada vez sea menos frecuente oír el balido de las ovejas al pasear por nuestros pueblos», explican desde la organización agraria.

Cabe recordar además que los costes de producción en los últimos meses se han disparado. Gasóleo, energía eléctrica, alimentación animal, maquinaria, etc., están en los niveles más altos de su historia, o cerca de ellos, con lo cual «sólo una subida importante en los precios percibidos por los ganaderos pueden hacer que se encare el futuro con optimismo».