Por Farm Europe.
El Congreso de los Estados Unidos aprobó a finales de diciembre un paquete de ayuda Covid-19 por importe de 900.000 millones de dólares en apoyo de su agricultura y de sus agricultores.
Esto incluye, evidentemente, una nueva ronda de ayudas a una amplia gama de sectores agrícolas y de agricultores, que se suma a los paquetes anteriores de apoyo, que apuntaban a hacer frente tanto a la crisis del Covid-19, como a los efectos de la guerra comercial con China.
En rápido resumen, señalar que la financiación del denominado Programa de Asistencia Alimentaria por el Coronavirus (CFAP) supone por sí solo una disposición 30.000 millones de dólares en ayudas para los más necesitados, en forma de asistencia financiera directa, y no de préstamos que deban reembolsarse.
Se estima que el porcentaje de esta nueva ronda de apoyo Covid-19 supondrá unos 13.000 millones de dólares, que irán directamente a financiar los programas agrícolas administrados por el Departamento de Agricultura (USDA), con otros 13.000 M$ para nutrición y asistencia alimentaria.
El paquete de apoyo integral Covid-19 incluye de nuevo una ayuda sectorial para los productos lácteos, ganadero y avícola, así como para algunos productos agrícolas elegibles, y que percibirán unos 20 dólares por acre elegible de cultivo.
Al final, los productores de biocombustibles agrícolas recibirán también este apoyo, ya que han sufrido pérdidas importantes por la caída del consumo de estos insumos energéticos.
El proyecto de ley aprobado por el Congreso de Estados Unidos no solo contiene disposiciones para financiar un apoyo directo a los agricultores y ganaderos, sino que también tiene un buen número de otras disposiciones relacionadas con la agricultura, con el fin de aliviar la presión de la disminución de la demanda sobre los agricultores, ganaderos y otros productores y procesadores de alimentos de Estados Unidos
Por el contrario, en este lado del Atlántico, en la Unión Europea, las medidas de emergencia adoptadas hasta ahora, aunque eran necesarias, obviamente han sido muy insuficientes para algunos sectores, en particular para el sector vitivinícola comunitario, que es principal exportador en valor hacia países terceros.
El presidente saliente, Donald Trump, firmó en la última semana de diciembre el alivio al sector agrario estadounidense para frenar la crisis de oferta provocada por la pandemia del coronavirus y, por tanto, ahora le tocaría a la UE poder igualar esta ambición para sus propios agricultores, no solo a través de buenas palabras, sino también a través de acciones y hechos.
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